Fantasmas en el Castillo de El Salto

En el año de 1980, recien cumplidos los 12 años fue mi primer campamento scout y jamás lo olvidaré, especialmente por un evento paranormal que vivimos un compañero scout y yo y esta es la historia.


El campamento fue en Amecameca, en el Castillo de El Salto, un hermoso lugar que en cuanto llegamos nos atrapó por completo, fuimos recibidos por el cuidador del lugar que de inmediato nos indico el lugar que ocuparíamos a un lado de «La Cervecería», eran ya las 5 de la tarde y nos pusimos a la obra para levantar las tiendas y organizarnos en las tareas que cada uno debía realizar, A mi compañero Jorge LLanos y a mi nos tocó lavar los trastes despues de las comidas e ir por agua potable a la parte trasera de la casa.

Terminamos de armar el campamento, hicimos algunas actividades en el enorme jardin y comenzó a oscurecer; preparamos todo para cenar y organizamos las guardias nocturnas (en ese tiempo sí haciamos guardias, a pesar de ser un lugar cerrado y mantener la fogata encendida).

Terminamos de cenar y a Jorge y a mi nos toco ir a la noria a lavar los trastes de todos e ir por agua potable para preparar café para las guardias, la ruta que seguimos para ir a la noria era ésta cruzando todo el jardin y pasando frente a la casa, sin subir las escaleras principales.

Ya era noche y habia luna llena, por lo que la vista de la casa y el camino que seguimos era claro, aun asi llevabamos lámparas; hasta este momento pensabamos que la casa estaba habitada pues no la habiamos visto a detalle y esta era la vista que teniamos cuando pasamos frente a ella, solo que oscuro y con areas con neblina.

Y aqui viene lo interesante, cuando Jorge y yo ya habiamos pasado al frente de la fachada y nos dirigiamos al camino a la noria volteamos y en la ventana derecha debajo del reloj se encendió una luz y vimos la silueta de una persona.

Nosotros saludamos a la persona y la persona nos respondio el saludo, el interior del «cuarto» se veía como si estuviera iluminado por una vela o un quinqué, por eso supusimos que era el cuidador del lugar.

Terminamos nuestra labor y regresamos al campamento, pasamos una noche muy padre y para mi fue fantástica la experiencia de mi primera guardia nocturna.

Al siguiente día pasado el medio día levantamos el campamento y emprendimos el regreso pues el plan era comer en el pueblo de Amecameca y regresar a la ciudad, al dirigirnos al porton de acceso del lugar nos despidió el cuidador quien nos dijo: «Por primera vez nadie se queja de los fantasmas que aparecen en la fachada del manicomio«.

Nuestro jefe Abraham respondio diciendo que todo habia pasado sin novedad y salimos del lugar, al ir por el camino al pueblo Jorge llamó de inmediato mi atención y me mostró la vista de la casa por detrás y que nosotros no habiamos notador por ser de noche y porque un muro de arboles cubria la vista a la casa.

Detras de la fachada solo habia una estructura metalica que la sostenía, las siguientes imagenes ejemplifican lo que vimos…

Jorge y yo volteamos a vernos intrigados, lo que habiamos visto la noche anterior era imposible, nadie podia haber estado en la ventana porque no habia donde ni como mantenerse de pie, no habia piso alguno a esa altura.

No le comentamos a nadie de lo que vimos, luego ya mientras comiamos, el Jefe Abraham nos platicó que esa fachada perteneció al antíguo manicomio de La Castañeda y que cuando fue demolido el dueño de ese terreno recuperó la fachada para colocarla alli; y se siguió contandonos la historia de ese manicomio porfiriano y muchas historias que se contaban de él.

Con el tiempo, la memoria de ese primer campamento y el que considero mi primer encuentro paranormal con un fantasma se ha mantenido siempre fresca, ¿que habremos visto Jorge y yo?¿el fantasma de alguno de los enfermos de ese manicomio? o el fantasma de algun médico o enfermera que murieron en el lugar y cuya escencia o energía quedaron plasmados en las piedras de esa fachada.
Hasta ahora no lo se, pero ese evento fue uno de los que dispararon mi gusto por la investigación paranormal que hasta la fecha mantengo.

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